La crueldat, com quansevol vici, no ha de tenir cap motiu, nomès la oportunitat per executarla...

dilluns

Alfonsina se fué...

Nació en Capriasca, Suiza, en 1892, pero desde los cuatro años fue llevada a Argentina, país que la acogió con su nacionalidad. Desde muy niña empezó a trabajar como maestra, haciendo sus primeros pinos como poetisa bajo el seudónimo de TaoLao. Obtuvo importantes premios literarios que la hicieron conocer ampliamente en todos los países latinoamericanos, destacándose entre sus obras, «Languidez», «El dulce daño» y «La inquietud del rosal». Se quitó la vida un 25 de octubre de 1938, en Mar del Plata. ¡Ay! Seré en tus manos una copa fina pronta a sonar cuando vibrarla quieras... Destilarán en ella primaveras, reflejará la luz que te ilumina. Seré en tus manos una copa fina. Habrás en ella una bebida suave, nunca más dulce, pues piedad le dona; licor que no hace mal y el mal perdona, dulce licor que de las cosas sabe... Habrás en ella una bebida suave. Un día oscuro, entre tus dedos largos será oprimido su cristal fulgente y caerá en pedazos buenamente la fina copa que te dio letargos; ¡un día oscuro, entre tus dedos largos! Cristal informe sobre el duro suelo no ha de ser turbio porque está quebrado: reflejará la beatitud del cielo; pobre cristal sobre tus pies tirado; cristal informe sobre el duro suelo. Daño tan grande Dios te lo perdone: manos benditas las que así lo quiebren, rosas y lirios para nunca enhebren, dulzura eterna su impiedad le abone. Daño tan grande Dios te lo perdone... ¡Aymé! Y sabías amar, y eras prudente, y era la primavera y eras bueno, y estaba el cielo azul, resplandeciente. Y besabas mis manos con dulzura, y mirabas mis ojos con tus ojos, que mordían a veces de amargura. Y yo pasaba como el mismo hielo... Yo pasaba sin ver en dónde estaba ni el cruel infierno ni el amable cielo. Yo no sentía nada... En el vacío vagaba con el alma condenada a mi dolor satánico y sombrío. Y te dejé marchar calladamente, a ti, que amar sabías y eras bueno, y eras dulce, magnánimo y prudente. Toda palabra en ruego te fue poca, pero el dolor cerraba mis oídos... Ah, estaba el alma como dura roca.

2 comentaris:

Caminante ha dit...

se muere como se vive
se escribe como se muere
aunque nadie muere si antes no vive...

las letras laten...
Alfonsina... mujer latente...

Teresa ha dit...

Y sabías amar, y eras prudente,
y era la primavera y eras bueno,
y estaba el cielo azul, resplandeciente.


Que bella es la poesía, me gusta mucho Alfonsina como escribía.

Un saludo